México / Altozano, Cuauhtémoc, Colima.
2022
Di Frenna Arquitectos
Arq. Matia Di Frenna Müller, Arq. José Omar Anguiano de la Rosa, Ing. Juan Gerardo Guardado Ávila.
827 m²
Lorena Darquea
En el ser humano reside una necesidad inherente de encontrar armonía con el entorno que le rodea. En la constante búsqueda de un equilibrio entre la vida interior y exterior, nace este proyecto arquitectónico que no solo satisface las necesidades funcionales de sus habitantes, sino que también establece un diálogo profundo con la naturaleza y la filosofía del espacio.
Ubicada en la ciudad de Colima, la residencia se erige en un terreno privilegiado que ofrece vistas impresionantes del icónico Volcán de Colima al norte y de la ciudad al sur. Esta residencia unifamiliar, aprovecha al máximo su emplazamiento específico al pie de un campo de golf, permitiendo que las vistas principales se orienten hacia amplias áreas verdes y, en algunos puntos, hacia el majestuoso volcán.
El clima en esta área, notablemente más fresco que el resto de la ciudad gracias a su altitud y la abundancia de suelos verdes, proporciona un escenario ideal para una vivienda que busca conectar profundamente con su entorno. La ubicación de esta casa no solo ofrece una temperatura más agradable, sino también visuales de áreas abiertas y una vegetación exuberante que enmarca la vida cotidiana de sus habitantes.
El concepto general de la residencia combina una volumetría clara, logrando un equilibrio entre la simplicidad y la imponencia. La materialidad de la casa, con el uso de madera, concreto y piedra, refleja un carácter natural y acogedor, integrándose de manera armónica con el paisaje circundante. Esta elección de materiales no solo aporta calidez y naturalidad, sino que también refuerza la sostenibilidad del proyecto, aprovechando recursos locales tanto en mano de obra como en materiales.
La sostenibilidad en el diseño se manifiesta en una simbiosis perfecta con el entorno, donde la naturaleza se convierte en un aliado en lugar de un desafío. La ventilación natural y la altura de los espacios interiores permiten que la casa respire con el ritmo del día, reduciendo la dependencia de sistemas artificiales y abrazando la serenidad del clima local. Los amplios ventanales no solo amplían el horizonte visual, sino que también invitan a la luz natural a narrar su historia a través de cada rincón, creando una danza de sombras y brillos que evoluciona con el paso del tiempo.